Os propongo que salgamos de Mendaza. Vámonos a New York, a la Biblioteca y Museo Morgan, en lo mejor de la gran Manzana, en Madison Avenue con la 36. ¿Qué podemos encontrar allí? Pues entre otras muchas cosas un incunable especial, "El Libro de horas de Enrique VIII" que fue creado a principios del siglo XVI para el monarca de los Tudor, y que perteneció a la casa real inglesa durante muchos años hasta que la historia lo puso en manos de un plebeyo con pasta como Pierpont Morgan.
Y ¿qué tiene de especial ese libro? Que es único y que nos habla del mes de enero entre otras cosas. Total un libro de horas clásico que encargaban los poderes de entonces, las monarquías, para "dignificar" la vulgaridad del libro clonado que estaba comenzando a realizar la imprenta. Un libro de "santos", para rezar y ayudar a concentrar la mente en místicos y elevados pensamientos. La iconografía de estos libros constituía una obra de arte única, por su singularidad y por la calidad de los artistas. El artista en este caso fue Jean Poyer, quien iluminó maravillosamente las diferentes secciones del libro con más de 50 ilustraciones a toda página.
Este libro de horas de Enrique VIII contiene un calendario con la ilustración típica para cada mes del año. En estos calendarios no se enumeran todos los días, sólo se listan las fechas de mayor importancia litúrgica. Normalmente se pueden distinguir dos tipos de ilustraciones, los correspondientes al zodiaco y las actividades habituales en el mes, generalmente labores agrícolas. La imágenes de los bordes nos recuerdan las fiestas de la adoración de los Reyes Magos (abajo, izquierda), la circuncisión (arriba, izquierda) y el signo de acuario (medallón azul, centro, abajo).
Veamos el correspondiente al mes de enero que podríamos resumir con el siguiente titular: "EL BUEN YANTAR Y EL CALOR DEL HOGAR"
La imagen del mes puede representar una fría tarde de invierno, en la que está cayendo una buena nevada. Hace mucho frio y hay que procurar por el calor del hogar. La nieve cae sobre la espalda del criado, que carga unos troncos de la pila del patio y se dirige al interior de la vivienda. En Enero, no se puede trabajar en el campo y la principal actividad, si se puede, es alimentarse bien y permanecer dentro de casa. El señor de la casa, con un abrigo azul y la cabeza protegida, de espaldas a la chimenea, está sentado en la mesa, aparentemente comiendo alguna vianda. Su esposa, más cerca de la lumbre, se calienta las manos. ¡Hogar, dulce hogar!
¡ Feliz enero para todos al calor del hogar !
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