jueves, 6 de septiembre de 2012

AOIZ. ALGUNAS FAENAS AGRÍCOLAS DE LOS AÑOS 50. RECUERDOS DE JUVENTUD.

   Es un hecho notorio que cuando personas de edad madura conversamos sobre tiempos pasados, nuestros hijos y nietos encuentran dificultad para entender varios de los términos que utilizamos para describir oficios y  profesiones, que se desarrollaban en los años 40 y 50 del siglo XX. También en la denominación de las herramientas empleadas y su correspondencia con los que se emplean en la actualidad.
   Con el transcurrir de los tiempos, se han producido tales transformaciones en el desarrollo de estas actividades, que ha sido necesario cambiar una parte del léxico, por la modificación de las mismas, e incluso por la desaparición de labores y herramientas empleados para conseguir hoy día los mismos fines.
   Esta comunicación tratará de los trabajos y herramientas empleadas para la realización de los mismos, que los agricultores desarrollaban en la recolección de cereales en la zona de Aoiz en los años 50, donde transcurrieron los años de nuestra juventud. En esta época estuve íntimamente ligado a la casa de mis abuelos maternos, que eran renteros muy modestos de propietarios de heredades, en la Villa de Aoiz.
   Las fuentes de ingresos de esta Villa, eran esencialmente las fábricas de muebles, que en aquella época le dieron fama por su calidad y por el gran número de profesionales, ebanistas, torneros, barnizadores, que formaron una escuela creativa durante muchos años. También "El Irati S.A.", empleaba un buen número de trabajadores en diversas instalaciones.
Acarreo de mieses a la era

   Aunque en Aoiz no faltaban familias que vivían de la agricultura. Unos propietarios y otros renteros, que ayudaban a conseguir la supervivencia de sus familias, en aquellos años de grandes carencias, posteriores a la Guerra Civil.
   Cuando llegaba el verano, en Aoiz se desarrollaba una inusitada actividad, había que realizar todas las labores de recolección de la cosecha de cereales.
   Mi abuelo Leoncio, que llevaba en arriendo unas fincas de secano en el término de Aoiz, sembraba cereales, esencialmente trigo, con lo que conseguía la alimentación básica, una vez convertido en pan, para el sustento de su numerosa familia. Es precisamente en estas labores en donde se han producido los mayores cambios en estas actividades con respecto a los tiempos actuales.
   En las labores de labrado de los campos, operación previa al sembrado, se empleaba para esta labor un aparato denominado "cutre" o "corte. Consistía en una reja de hierro punteaguda arrastrada por caballerías o bueyes. Luego se sembraba el cereal a "voleo". Este tipo de siembra lo realizaba el propio agricultor empleando un amplio recipiente, generalmente sujeto al cuerpo del agricultor mediante un amarre, dentro de este recipiente la semilla era tomada por la mano y esparcida por el labrado de forma lo más homogénea que permitía, esta operación manual.
   Nacida la mies y después del proceso de maduración, llegaba la fase de recolección, que se desarrollaba en época veraniega y que pretendemos exponer según lo vivimos en nuestra juventud.
   Para realizar las tareas de recolección en casa de mi abuelo, y no disponer de medios adecuados en personal e infraestructuras, se recurría a la cooperación con otro agricultor de mayor entidad y conseguir la unión de medios, con el fin de aumentar la capacidad para resolver con mayor eficacia todas las labores de recolección de la cosecha. En nuestro caso la familia de Martín Etulain "casa Chacolí", era la aliada de la familia de Leoncio Nagore, para la cooperación.
Acarreo de mieses desde el campo a las eras

   Con la maduración de las mieses empezaba la siega que se realizaba en Aoiz prácticamente toda a mano. Se formaba una cuadrilla compuesta por personas de ambas familias y provistos de hoces procedían al cortado de la mies y su depósito en el suelo formando "gavillas". Los más avezados en el oficio utilizaban "zoquetas", protección de la mano contraria que empuñaba la hoz, lo que proporcionaba una mayor rapidez al cortado de la mies. También en la obtención de gavillas, utilizaban la "ligarza", consistente en un haz de mieses que convenientemente aplicado, impedía que la gavilla se desparramara en caso de la llegada del viento antes de su concentración y transporte.
   La siega era un trabajo muy penoso, que exigía mucho esfuerzo por lo incómodo de la postura en condiciones de fuerte calor veraniego, que se consideraba como el más exigente de toda la recolección.
   Por mandato de nuestras familias éramos los más jóvenes los encargados de llevar la comida y bebida a los segadores, que normalmente realizaban jornadas enteras de siega hasta el anochecer, sin abandonar los campos.
   A una con la siega o con posterioridad, se procedía a la formación de los "fajos", conjunto de gavillas que formaban el elemento necesario para su transporte desde el campo a la zona de trilla. El conjunto de "gavillas" para componer un "fajo", era aleatorio dependiendo del volumen de ellas para conseguir un elemento de peso adecuado para el posterior manejo. Una cuerda de esparto de longitud adecuada se empleaba para el atado de los "fajos". En más de una ocasión sufrimos algunos sustos, al levantar con manos y brazos las "gavillas", aparecían debajo de ellas "culebras", que habían tomado posesión del lugar protegiéndose de otros depredadores.
   Terminada la siega y recogida en "fajos", tenía lugar el transporte de la cosecha a la zona de las eras, en donde tendrían lugar el resto de operaciones. El transporte se realizaba mediante caballerías en lugares de difícil acceso, o en carros arrastrados por caballerías o bueyes. En caso de caballerías, se le adosaba al "baste", elemento habitual para labores de transporte, un nuevo aparato denominado "bayarte". Consistía en situar a cada lado sobre el "baste" dos puntales de madera sobre los que se posaba la carga. Cada animal transportaba 5 ó 6 "fajos" distribuidos de un lado a otro e introducidos en los puntales del "bayarte".
 Esparciendo las mieses, formando la "parva", para la trilla.

   En el transporte mediante carros, el volumen de la carga era más importante, ya que en la estructura del carro se colocaban 4 ó 6 puntales verticales, que permitían mayor volumen de carga de "fajos".
   Situadas las cargas en la zona de las "eras", cuando los responsables de las dos familias lo consideraban apropiado, se iniciaba la preparación de la "trilla". Las familias Etulain-Nagore disponían de una parcela en las "eras generales" del pueblo, donde se realizaban estas operaciones.
   A primera hora de la mañana personados en la "era", tenía lugar la operación de preparación de la "parva". Sobre la superficie de la parcela se esparcían los "fajos", utilizando el "bigo", "horca" de dos o más púas, elemento esencial para deshacer las "gavillas" y dejar la mies suelta. Se esparcían las mieses adoptando una forma circular sobre la superficie de la era, para facilitar posteriormente el proceso de trillado.
   El "trillo"más sencillo consistía en una plancha de madera, provista de cuchillas en una de sus superficies, y que arrastrada por caballerías se encargaba de majar la "parva", hasta conseguir en una primera fase la separación de la paja del grano de las mieses. Otro "trillo más avanzado, consistía en utilizar rodillos provistos de cuchillas, habilitados sobre una especie de carro, que era arrastrado por caballerías. Los rodillos giratorios eran los encargados de triturar las mieses y conseguir lo explicado anteriormente.
Operación de trilla.
Trillo de rodillos con asiento para el conductor.

   Esta operación de trillado duraba toda la mañana, estando la mies seca. Era larga y tediosa y en muchos "trillos" se colocaba un asiento, en donde se situaba el conductor de las caballerías que lo arrastraban. Había momentos en que los mayores nos permitían a los más jóvenes conducir los "trillos", pero siempre bajo la atención de uno de ellos, para evitar accidentes. Una caída debajo de uno de estos aparatos podía tener fatales consecuencias.
   Esta operación de trillado, fue sustituida en el transcurso de unos pocos años por las trilladoras mecánicas, que llegaron a la Villa de Aoiz, y que proporcionaron, al igual que las segadoras mecánicas, los primeros avances para la recolección de cereales y legumbres.
   Terminada la operación de trillado, se procedía al apilado del conjunto de paja y grano, preparando el producto para el "aventado", operación esencial para la separación de la paja del grano. La colocación del apilado se realizaba de cara a la dirección del viento, que era el elemento natural que realizaría la separación en el "aventado". Normalmente y debido a que en estos meses de estío al atardecer el viento era del norte, el denominado "cierzo",se apilaban los montones en esta dirección. Si después de mucho esperar el viento, este era del sur,"bochorno", se cambiaban la posición del apilado.
Operación de "Aventado".

   La operación de "aventado" consistía en tomar el conjunto de paja y grano y utilizando el "retabillo", la "horca",y la "pala de madera", levantándolo de cara al viento. Por efecto del diferente peso de la paja y el grano, se producía la separación, al caer el grano por gravedad en las proximidades del montón, la paja era llevada por el viento a un lugar más alejado.
   Así se creaba un montón de grano revuelto con impurezas, que el viento no había terminado de separar debido a un peso similar al producto obtenido.
   Una posterior utilización de la "pasadera", que tamizaba las impurezas de mayor tamaño y posteriormente el empleo del "porgador", lograba la limpieza casi total del grano.
   Estas últimas operaciones las realizaban las mujeres de ambas familias, especialistas en la utilización de estas herramientas reseñadas, merced a la paciencia y esmero, que desarrollaban en estas últimas labores de separación del grano de otros elementos desechables.
   Al final de la tarde se procedía a la introducción en sacos el cereal ya limpio, midiendo el producto obtenido mediante el "robo", con un peso aproximado de 22 kgs en caso del trigo, también se utilizaba el "medio robo", el "cuartal", el "almud", como medidas de 1/2, 1/4, 1/8 de la unidad el "robo".
   También se recogía la paja, apilándola en un gran montón para su posterior recogida en "pajares", y utilizarla durante el año como alimento y otras funciones en el cuidado de los animales, que pertenecían a las haciendas de los agricultores.
Recogida del grano.
Posterior introducción en sacos

   En cuanto a la distribución del producto obtenido por cada familia, se llegaba fácilmente a un acuerdo, pues alternativamente se realizaban las labores que hemos descrito, unos dias con mieses propiedad de la de la familia de Martín Etulain,otros con las de Leoncio Nagore.
   Las propiedades de la primera familia eran de mayor entidad que las que trabajaba mi abuelo Leoncio, por lo que se empleaban más días en completar la obtención de su cosecha.
   Esperamos que esta comunicación ayude a entender las duras labores que desarrollaban nuestros mayores, para obtener el sustento de sus numerosas familias, y poder superar los años de carestía, que produjo la odiada Guerra Civil.

              

1 comentario:

  1. José Luis un interesante artículo, tanto para los que hemos conocido de cerca estas labores, como especialmente para los jóvenes, para que se puedan hacer una idea de lo que suponía en aquellos años ser agricultor. Todo el día estar con los riñones agachados con la hoz y la zoqueta. Horas y horas. Días interminables, especialmente cuando ibas de peón para algún otro agricultor. Un bonito relato de las tareas de aquellos años.

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