jueves, 28 de abril de 2016

ESPECIAL SUBIDA A LA HIGA DE MONREAL A TRAVÉS DE RUTA ENCADENADA POR LA CARA SUR DE LA MONTAÑA.

   Desde hacía bastante tiempo, teníamos conocimiento de que se había preparado por la cara sur de la Higa de Monreal un acceso a su cumbre por una serie de pasos encadenados o "vía Ferrata", debido a la pendiente exigente de varios tramos, que presentaban cierta dificultad para realizar la ascensión sin esa ayuda.
   Por este motivo el sábado 23 de este mes de Abril, nos dirigimos hacia el municipio de Monreal, desde donde realizamos la ascensión. Después de reunirnos esta vez en las proximidades del parque de Yamaguchi de Pamplona y tomando la ronda PA-30, nos dirigimos hacia la población de Noain, en donde tomamos la Autovía del Pirineo A-21 en dirección a Jaca. Después de un recorrido de unos doce kilómetros tomamos la salida nº 16 que indica Urroz-Villa - Otano - Campanas - Monreal y a través de la NA-2420 nos dirigimos a este municipio.
Municipio de Monreal desde donde se inicia el ascenso
   Llegados a esta población, la atravesamos en dirección sur y nos dirigimos hacia la cara norte de la Higa que aparece ante nosotros. Después de atravesar un pequeño puente sobre el río Elorz, nos acercamos a una huerta cerrada mediante paredes, al lado de la cual aparcamos los vehículos en un lateral de la carretera, que se dirige hacia la cumbre del citado monte.
   Una vez equipados convenientemente para la ascensión, tomamos una senda que se inicia en el extremo de la pared de la huerta, y en dirección sur nos dirigimos hacia la base del monte Higa. La senda con moderada pendiente acaba en la carretera de subida a la cima. A continuación después de recorrer un tramo de esta carretera, aparece en dirección sur-oeste una amplia pista de tierra y guijarros, que tomaremos para continuar la ascensión.
   Esta pista después de pasar un pinar de repoblación, atraviesa una zona al descubierto de suelo muy pedregoso con ligera pendiente ascendente. Al final de un largo trecho, la pista se introduce en un barranco que toma dirección sur, rodeando la base del monte hacia el cual nos dirigimos. Los laterales de la pista rellenos de matorral de boj y encinas de altura media, le dan a estos parajes un especial encanto.
   El pista que llevamos se eleva gradualmente y alcanza una bifurcación de caminos, en donde encontramos dos posibilidades de completar la vuelta a la Higa: un camino con poco arbolado, el otro atravesando un hermoso bosque de hayas jóvenes. Elegimos este último, y con elevación permanente en dirección nor-oeste nos dirigimos a un altozano, en donde se juntan los dos caminos mencionados.
 Cara sur de la Higa, desde iniciamos la última parte de la subida. 
   En este lugar despejado, en la cara sur de la Higa se inicia la última parte de la subida, mediante una estrecha senda muy asentada, que unida posteriormente a un encadenado nos llevará a la cumbre.
   En esta ocasión el camino que estamos siguiendo está perfectamente indicado, con bandas de color rojo y blanco del organismo oficial de Navarra, que han colocado los responsables de una convocatoria de la "Xtreme de Monreal", ascenso programado. No obstante este camino conserva desde el inicio unos mojones de piedra que marcan la subida adecuadamente.
   En la primera parte de esta ascensión final, el camino se estrecha con pendientes notables y está perfectamente definido en dirección a la parte superior de la montaña. La vegetación es abundante de monte bajo, que nos permite en todo momento el control de la ascensión. El camino se desplaza hasta llegar a la parte más pendiente de la subida, en donde empiezan los tramos encadenados. Ahora se recomienda en caso de llevar bastones, recogerlos convenientemente e introducirlos en la mochila; de esta manera dejamos las manos libres para sujetar la cadena en los tramos en los que esta se haya instalado. También la libertad de las manos, nos pueden ayudar en el agarre a los arbustos que encontraremos a ambos lados de la subida. Esta pequeña "Vía Ferrata" tiene un especial encanto, ya que no es habitual encontrar rutas de estas características en las ascensiones a media montaña. Hay que tomar una precaución en estos tramos, que consiste, en mantener una distancia adecuada entre cada uno de los que realizan la ascensión, con el fin de no interferir en el uso del mismo tramo de cadena, pues un movimiento brusco en la toma de la misma, puede desplazar de su amarre correspondiente a la otra persona que asciende.
 Uno de los tramos encadenados en la parte final de la ascensión.
   Después de completar varios tramos encadenados, esta parte de la subida acaba en una pequeña plataforma, al pie de las amplias instalaciones de la cima de la Higa de Monreal. El tramo final de ascenso es muy sencillo, haremos cumbre después de rodear una pared y los cercados que limitan las citadas instalaciones. El aspecto de esta cima es totalmente grotesco debido a la cantidad de postes y aparatos que tiene en su conjunto, y que se utilizan para la comunicación. La altura de estos postes y sus equipos es impresionante, habiendo recrecido la altura del monte bastantes metros, lo que hace que estas antenas se vean de todos los lugares que rodean esta montaña.
   Abandonamos rápidamente este lugar tan especial, poco interesante bajo nuestro punto de vista, y elegimos una pequeña plataforma en altura, con una visión de los valles circundantes, donde disfrutamos de un apetitoso almuerzo, con las viandas traídas desde nuestros domicilios. Durante el refrigerio, comentamos con amplitud las incidencias de esta ascensión. Fue especialmente objeto de atención, la nueva experiencia de este tipo de ascensiones encadenadas, por lo novedoso para nosotros, al ser primera vez que coincidimos con esta circunstancia.
 Desde la cumbre de la Higa de Monreal una vista de los Pirineos.
   Desde la zona donde disfrutamos del almuerzo, las vistas hacia los Pirineos eran excepcionales, debido a la limpieza del horizonte en esa dirección, lo que nos permitió ver las cumbres de esta cadena de montañas, bastante cubiertas de un buen manto de nieve.
   Después de terminar el asueto que nos proporciona el almuerzo, abandonamos rápidamente el lugar donde están situadas las instalaciones de comunicación. Visitamos la ermita situada en la parte alta de la cima, en concreto el porche de entrada, ya que el edificio está cerrado y a continuación iniciamos el descenso.
   Esta bajada de la Higa, la vamos a realizar por la cara norte, que conocemos por haber realizado por ella la ascensión en otras ocasiones. En este día, como las demás partes del ascenso, esta profusamente señalada con cintas de colores, por lo que es reconocida durante todo el descenso.
   La pendiente de este descenso es bastante más pronunciada que la que realizamos en el ascenso, teniendo la precaución de evitar los suelos húmedos, en donde es fácil resbalarse y dar con el cuerpo en el suelo. Esta senda de bajada atraviesa en varias zonas la carretera descarnada de acceso a la cima de la Higa, encontrando en estos lugares las correspondientes señales de continuidad por la citada senda.
Amigos "Matarrasa" en el descenso de la Higa de Monreal
 Una gran variedad de plantas y árboles nos acompañan a lo largo de este rápido y pronunciado descenso. Finalmente la senda de descenso acaba en la pista por la que iniciamos la subida. Desde este lugar y por el mismo itinerario utilizado en el ascenso, regresamos a la zona de aparcamiento de los coches.
   Después de despojarnos de la ropa utilizada en la subida, realizamos el retorno a la ciudad de Pamplona, punto inicial de reunión de los amigos "Materrasa".
   La nueva de esta inusual subida a la Higa de Monreal ha sido positiva, en el conjunto de las ascensiones, que este grupo de amigos realiza todos los fines de semana.