viernes, 3 de junio de 2011

CURIOSIDADES Y LEYENDAS DE AOIZ. "EL CERRO DE LOS MOZOS"

   El dicho que quiero comentar, era muy corriente en nuestra querida villa, cuando una persona venía de fuera y quedaba afincado en la misma, se decía : le tenemos que dar parcela en "el Cerro de los Mozos".

   Empezaré por decir que la citada "parcela", es un carasol próximo al camino del pueblo de Meoz, muy pobre en todos los sentidos, solo contiene algunas matas de boj y el resto un amplio pedregal, solo apto para pastar el rebaño de ovejas y cabras. Está situado en la margen izquierda del río Irati, es el eterno guardián que vigila al pueblo, y que nunca nos hemos parado a pensar, el porque se le denomina así a este terreno.
   Cierto o leyenda, según comentaba un antiguo agoisco, en las rondas que realizaban los amigos para tomarse unos "chiquitos" y recalar al final en la "Montañesa", taberna tranquila, en donde la Sra. Adelaida atendía con su proverbial bondad, comentaban en tertulia sobre cosas de la villa y lo que se decía sobre el origen del llamado "Cerro de los Mozos".
Antiguo molino.
Al otro lado del río,loma donde
se asienta el "Cerro de los mozos".
    A principios de siglo, cuando nuestra villa aún no tenía ninguna industria importante y la vida en ella se desarrollaba "sin pena ni gloria, había en ella un mozo, más amigo de la juerga que del trabajo, bien plantado, galanteador empedernido, que los domingos lucía camisa y alpargatas blancas y un buen "tapabocas" en invierno, aficionado a jugarse a las "chapas"en las Palaveras la menguada paga que le daban sus padres, y siempre dispuesto a la juerga por cualquier motivo.
   A tal mozo no se le conocían amores en serio, aunque no había moza en el pueblo que no fuese objeto de su galanteo. Así estaban las cosas, cuando ya próximas las fiestas de San Isidro, llegó al pueblo a casa de unos parientes, para pasar los festejos, una buena moza ribera, de buena planta, amena de conversación y abierta de carácter.
   Ni que decir tiene, que apenas la moza se dejó ver por la villa en compañía de unas amigas, buscadas para esos días, nuestro mozo empezó a galantearla. A la moza le causó buena impresión y se hicieron buenos amigos.
   Pasaron las fiestas en amigable camaradería y al final de las mismas casi se habían comprometido, y a nuestra moza ribera no se le hacía nunca hora de abandonar la villa, ya que reconocía estar "chiflada" del mozo. Su única obsesión se centraba en saber el medio de vida que el galán tenía, para de ese modo, una vez conocido el porvenir, comprometerse en matrimonio.

Zona del "Cerro de los Mozos"
    Una de las tardes después del rosario, se reunieron para pasear un rato, y ella pensó que había llegado el momento de hacerle la pregunta que le quitaba el sueño. Cuando nuestro mozo le llenaba los oídos con lindezas sobre su persona, la moza con la mejor de las sonrisas le preguntó, ¿con que medios de vida cuentas para podernos casar y vivir ?. Nuestro mozo que no esperaba tal pregunta y que de "tonto no tenía un pelo", se hizo composición de lugar, y al momento se acordó de cierto término del pueblo, y le contestó que tenía ocho robadas de regadío en " el Cerro de los Mozos, que así le dio por llamarle, acordándose de cuando los mozos en "auzolan" lo trabajaron, con muy escaso rendimiento, para obtener algún dinero para fiestas.
   La moza cuando escuchó lo que el galán le decía, le sonó a "música celestial, ya que ella como vivía en la Ribera tenía conocimientos de lo que suponían los terrenos de regadío, tierra más que suficiente para vivir con cierta holgura. Con estos pensamientos preparó el regreso a su pueblo después de haberle "dado el si al mozo".
   Cuando llegó al mismo y contó a sus padres el plan de boda, les pareció de maravilla y pensaron que había que buscar algún pretexto para visitar a los parientes y de paso conocer al mozo del que tanto y también les había hablado su hija.
   Cuando nuestro mozo, una vez se hubo marchado su ya llamamosle prometida, se reunió con sus amigos y en pocas palabras les explicó como se había prometido, cosa que ellos tomaron a broma, ya que conocían demasiado bien, los pocos bienes de fortuna que poseía y las pocas ganas de trabajar del mozo en cuestión para decidirse a contraer matrimonio, y mucho más en broma les pareció cuando les contó la historia de las ocho robadas que tenía en el "Cerro de los Mozos". 

Nueva urbanización. En frente
el denominado "Cerro de los Mozos

   Cuando le pidieron que aclarase donde se encontraba semejante "mina", les indicó que se trataba del paraje que ellos sembraron y nada recolectaron; ni que decir tiene que la carcajada entre los amigos fue sonora.
   Esto le dio que pensar a nuestro galán, que la moza hubiese tomado en serio, lo que le dijo en broma.
   Así había ocurrido, ya que cuando menos se lo esperaba, se presentaron nuevamente en Aoiz su prometida y familia, con el buen ánimo de ultimar detalles , y a la vez, su futuro suegro comprobar sobre el terreno la valía del regadío, pues de esto el buen hombre como ribero entendía bastante.
   A este estado habían llegado las cosas, cuando a nuestro buen mozo no le quedó más remedio que descubrir a sus futuros suegros el engaño que había tramado y decir toda la verdad. Manifestó que solo disponía de "cielo y tierra", una buena estampa como mozo joven, y un gran cariño por la moza.
   Todo se supo perdonar, y transcurrido no mucho tiempo, se unieron en matrimonio, con ello al mozo le entraron las ganas de trabajar, fue un buen marido y padre ejemplar, que con su agudeza bautizó a un término de la villa, que aún hoy día se sigue conociendo como "el Cerro de los Mozos".



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