lunes, 5 de diciembre de 2011

LOS SÁBADOS MONTAÑA. HIGA DE MONREAL . ELOMENDI

   Como de costumbre, el grupo de amigos "Matarrasa" nos reunimos para realizar la habitual excursión a la montaña. En este último sábado, hemos elegido para visitar, un monte próximo a Pamplona, que presenta un perfil muy característico, y que lo distingue del resto de cumbres de la cuenca de la capital de Navarra. Esta elevación es conocida por la denominación común de Higa de Monreal, sin embargo su nombre también figura en el argot montañero con el nombre de Elomendi.
 Higa de Monreal. Cara norte
Iniciando el recorrido desde aparcamiento.

   Máxima altura de la Sierra de Alaitz y como hemos indicado bien visible, debido a su característica forma piramidal, desde los más remotos lugares, entre los que se incluyen  la ribera del Ebro, las altas cumbres pirenaicas, y otras cimas de Navarra, y que tiene a sus pies la villa de Monreal o Elo (547 metros de altitud), con un desnivel de casi 800 metros, hasta alcanzar los 1289 metros de su cumbre.
   La construcción de un conjunto de reflectores de ondas hercianas se convirtió en una cumbre poco atractiva para los montañeros, ya que se construyó una gran pista, en tramos asfaltada, ( de acceso limitado a vehículos autorizados) que, en grandes lazadas ha doblado la traza del antiguo sendero de subida. Obviamente es posible llegar a la cima siguiendo la pista, aunque es posible acortar su trazado por una sucesión de atajos que acortan el recorrido en varias ocasiones. Esta ruta la emplearemos para realizar el descenso.
   Utilizaremos un itinerario alternativo en la subida, en esta ocasión una novedosa, por la cara sur de la Higa.
   Nos desplazamos desde Pamplona, utilizando la N-121 hasta llegar a la población de Noain. Desde este lugar tomaremos la NA-240 o la A-21 ( Autovía del Pirineo), hasta llegar a Monreal ( Elo ).
   En el centro del pueblo hay una calle que baja hacia el frontón, la seguimos y avanzamos hacia la salida del pueblo. Cruzamos un puente medieval sobre el río Elorz y seguiremos por la carretera que lleva a la cima.

Higa de Monreal. Cara sur
 Collado de Txapaeta. Al fondo peñas de Gargasario
     Una vez recorridos unos cien metros por esta carretera, nos encontramos con una finca incluida casa solariega, en donde tenemos sitio para aparcar los coches. Una vez equipados, tomaremos un camino que nace junto a la casa y que bordea la tapia de la finca. El camino se eleva entre campos de cereal y cerros herbosos. Después de pasar por las proximidedes de un cercado utilizado como criadero de conejos, llegamos a encontrarnos con la carretera de subida. Al llegar a la primera curva, nace una pista hacia la derecha, que debemos tomar. Nos adentramos en un hermoso pinar que rodea la cara norte de la Higa. Una vez acabado el pinar continuamos por el tramo de camino denominado Malpica, labrado en la roca viva y que atravesaremos con rapidez, hay peligro de desprendimientos. Penetramos en el barranco Diablozulo, y elevándonos lentamente llegamos al prado de Labekoa (870 m.) hasta una bifurcación de pistas, tomamos la que se abre a nuestra izquierda, hasta aparecer en el collado Txapaeta (947 m.) en la cara sur de Elomendi o Higa.
  
   Encontraremos en este lugar el inicio de un estrecho camino marcado con montículos de piedra (hitos), que nos dirige hacia el roquedal de Gargasario. El camino se endurece ahora y asciende entre rocas y un espeso bojeral, hasta llegar tras un duro esfuerzo a una zona muy vertical de entre 200 y 300 metros. Esta vía está equipada con una serie de cadenas (vía ferrada o ferrata), enlazadas por tramos y debidamente ancladas a la roca,  para poder superar este importante desnivel. A nuestras espaldas queda una espectacular caída de esta última parte de la subida.
Higa de Monreal. Cara norte
Sierra de Tajonar. Monte Izaga. Al fondo Pirineos

   Al finalizar el último tramo de este camino equipado, nos encontramos una pequeña plataforma de donde podemos contemplar bellos paisajes de la zona sur de Navarra. La subida final comprende un pequeño desnivel que nos llevará al entramado de equipos de emisión que se aglutinan en la cumbre, dejando al pequeño buzón de indicación de la altitud del monte (1289 metros), minimizado por este gran complejo de antenas.
   Una vez en la cima nos desplazaremos en dirección norte y después de un pequeño descenso, llegaremos a la ermita de Santa Bárbara, alejada de la agrupación de antenas, y que nos proporciona su espacioso porche, un lugar protegido para que los componentes de "Matarrasa" nos procuremos un frugal y apetitoso almuerzo reparador del esfuerzo realizado en la ascensión.
   Desde este lugar contemplamos las cimas situadas al norte de Navarra. En primer lugar y enfrente a la Higa, tenemos el monte Izaga,también emblemático en la cuenca de Pamplona, más alejados Elke, Pausaran, Juandechaco, Corona, Larrogain, Baigura,Urkulu y Sayoa . En el horizonte podemos,apreciar las cumbres de Ori, Anie, y Mesa de los Tres Reyes, como confines de los Pirineos navarros. En un día que disfrutamos, tan despejado y nítdo, también aparecen a nuestro alrededor, numerosos municipios, de entre los que destaca la ciudad de Pamplona y todas  las localidades de su cinturón de influencia. Es notorio el trazado del Canal de Navarra, desde su nacimiento en las proximidades de Aoiz  hasta la llagada a la balsa de Unciti y el discurrir al pie del macizo de la Higa de Monreal, hasta su fluir hacia el sur de Navarra.
  En suma una innumerable serie de bellas estampas que disfrutamos en esta magnífica elevación. 
   Para descencer de la cima, utilizaremos una senda que discurre por la cara norte, y que desde la cima de la Higa está debidamente marcada en todo su recorrido con pintura amarilla. Esta senda como ya señalamos con anterioridad, utiliza una serie de atajos, que cortan a la pista de subida habilitada para vehículos.

Higa de Monreal. Cara norte
Monte del castillo y pueblo. Inicio y final del recorrido.

   El primer tramo de descenso discurre entre un frondoso bojeral que pronto se introduce en un joven hayedo y va describiendo una amplia curva, hasta presentarnos en la vertiente norte de la montaña. El tramo por el hayedo es muy húmedo y resbaladizo hasta llegar al primer encuentro con la carretera-pista de subida. Las sendas intentan descender sin pisar mucho asfalto, pero hay tramos mediada la bajada, en los que no se puede evitar la coincidencia.
   Continuamos por la senda con marcas y flechas indicativas en amarillo, hasta llegar encima del pinar por el que iniciamos la subida. Una vez superado, llegamos en descenso hasta un cercado,en el que señalamos como criadero de conejos. Desde aquí empalmamos con el itinerario de subida, para llegar al lugar del aparcamiento de los vehículos.
   Tiempo aproximado en la subida, 1 hora y 45 minutos, tiempo aproximado de descenso 1 hora y 15 minutos.
   Ya en Monreal es interesante visitar las ruinas del Castillo, que se encuentran en lo alto del montículo próximo que domina el pueblo. Se tienen noticias del Castillo de Monreal desde el siglo XIII, si bien se ignora que rey de Navarra lo fundó. En sus inicios se trataría únicamente de una torre exenta, en este caso cilíndrica, cuya finalidad era la vigilancia. Con el tiempo, este tipo de torres se les iría añadiendo estructuras habitables y recintos amurallados convirtiéndolos en donjones o torres de homenaje de los correspondientes castillos. Quizás esto explique la irregular y a veces extraña distribución de los espacios en muchos de ellos, como el caso de Monreal.
   Aunque este castillo se libró del decreto de destrucción de 1516 firmado por el cardenal Cisneros, finalmente fue derruido por orden de Carlos I en el año 1521.
  

1 comentario:

  1. ¡Qué lástima que estemos tan lejos! de todos modos he disfrutado virtualmente subiendo junto a los de Matarrasa a la Higa o al Elomendi, como queráis llamarle. Imagino la emoción del trozo con cadenas, el precipicio, el pulso bravo, el paso firme. Qué rico sabe el bocadillo una vez arriba y superado el peligro. Está claro que tengo que buscar alguna aventura montañera para intentar estar a la altura de los Matarrasa. ¡Ánimo! que sigáis teniendo buen tiempo, buena compañía y buenos paseos.

    JL Paternáin

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