jueves, 6 de octubre de 2011

SI ESTEVE JOBS HUBIESE NACIDO EN MENDAZA

A todos nos está llegando el tsunami mediático del obiturio de Steve Jobs. En estos días nos ahogarán con toneladas de informaciones sobre quién era, lo que hizo y la trascendencia de su obra en el futuro. No cabe duda que Steve Jobs ha influido en la vida de la humanidad más de lo que podemos llegar a imaginar. Un tipo genial, especial, de los que rompen el molde al nacer y que ha tenido la gran suerte de estar en el sitio preciso, en el momento adecuado y poder hacer realidad parte de sus sueños.


Uno es una colección de genes que si se desarrollan en un medio propicio da un resultado diferente si eso tiene lugar en otras circunstancias, cierto, pero hay que tener los genes para empezar. Me pregunto qué hubiera sido de Steve Jobs si hubiese nacido en Mendaza.


Lo primero es que se hubiera llamado Fermín Alecha y, claro, con esos carteles de presentación olvídate de Silicon Valley. La aventura de Apple no se hubiera producido, pero no descarto que en su interés por la agricultura del cereal hubiera diseñado nuevas máquinas de trabajo del campo más humanas, más robóticas. Habría comprado la marca Ajuria-Vitoria y cambiado su color salmón por otro más ecomimético. El control remoto de la máquina permitiría mandarla a labrar, sembrar o cosechar a la Escontrilla sin más, permitiendo al labrador dedicarse al ocio enriquecedor, de cultura, quiero decir.


Y si su interés hubiera sido el tema de los vinos, no quiero imaginarme a Jobs creando viñedos con autovendímia y la creación de nuevos vinos de diseño personalizado. Todo bajo su filosofía de cosas simples, eficaces, bonitas y perfectas.


Uno de sus legados más apreciado, es su famosa conferencia del 2005 en la fiesta de graduados de la Universidad de Stanford. Ya tenía cáncer y afortunadamente había burlado el primer encuentro con el punto X, había sido operado con éxito por aquel entonces. La charla dura 15 minutos y es la palabra de un hombre que le ha visto las orejas al lobo y habla desde la compasión y la lucidez. Lucidez reflejada en la frase que le motivó a lo largo de su vida: "Si vives cada día como si fuera el último de tu vida, habrá un día en que acertarás". Merece la pena volverla a escuchar y leer (está subtitulada en español).






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