viernes, 1 de julio de 2011

AOIZ. HISTORIA MENUDA. " LOS COMEDIANTES "

   Dentro de los muchos y agradables recuerdos de nuestra niñez, uno en particular agradable corresponde a la llegada a nuestra villa de Aoiz de los "comediantes". Acudían invariablemente todos los años en verano y nos proporcionaban una gran alegría con sus musiquillas, chistes, pantomimas e ingenuas acrobacias que a nosotros nos parecían los mejores actores del mundo

Fuente Grande
En el año 1950

   Con gran contento, la chiquilería los recibíamos al llegar en el desaparecido tranvía "El Irati" y otras veces, los de menos categoría, aparecían por la carretera en vetustos y destartalados carromatos.
 
   La llegada se conocía rápidamente en el pueblo, poco acostumbrado a estos espectáculos, y nosotros la chavalería les acompañábamos a buscar alojamiento, casi siempre en las mismas casas. Luego tenía lugar lo que podía llamarse la presentación oficial, la vuelta al pueblo con toda su parafernalia de animales y música callejera.
   Los que llegaban en carromatos ponían su "cuartel general " en el Paseo muy cerca de la Fuente Grande.

   Allí acudíamos para observar la vida de campamento que hacían, contemplar las "fieras" que traían, unos viejos osos que decían oriundos de Rusia, monos del Congo con muchos años encima, que pasaban el tiempo ahuyentando las pulgas, que tenían en gran cantidad.
   Las "compañías" de más postín, se alojaban en casas particulares y a la hora de su actuación ponían su "cuartel general", en casa de la señora Higinia, que correspondía al número 1 de la calle Las Heras.
   Una de las "compañías" de mas categoría, y que pocos años faltaba, era la familia Carbonell, todos sus miembros artistas, desde los músicos, los acróbatas sobre un trapecio, montado en el lugar de actuación la Plaza del Mercado.
   Manejaban el llamado "perro-toro", provisto de unos aparatosos cuernos, que bien ensayado, hacía las veces de un buen novillo, los asistentes disfrutaban viendo el ímpetu con que acudía a una especie de capote rojo.
Al fondo nº 1 de la calle Las Heras
Casa de la señora Higinia
    También tenían unas buenas voces cupletistas, que interpretaban las tonadillas de moda en aquel entonces, y no faltaban los payasos, con sus chistes un poco picantes y grotescas parodias, que hacían reír al público que acudía al espectáculo. 
    Las localidades y el acomodo en la Plaza del Mercado variaba según las edades, chicos y chicas ocupábamos la primera fila sentados sobre unos adoquines que se guardaban en el lugar. Los mozos y mozas, contemplaban el espectáculo de pie, y los más "sibaritas" se llevaban su silla o banco de casa para tener cierta comodidad. Luego estaban los "palcos" o sea balcones de las viviendas que asoman a la plaza, y que estaban ocupados por los vecinos y los amigos de la casa, a los que nadie molestaba para ver con comodidad las actuaciones de los comediantes.
   El comienzo de las actuaciones solía empezar sobre las diez de la noche, una vez atenuado el calor veraniego. El "pago" del espectáculo se hacía mediante la aportación voluntaria de los espectadores, y que se depositaba en unos recipientes en forma de "embudo" que facilitaban los artistas para tal fin.

Plaza del Mercado
Donde se realizaban las "comedias"

   Los espectadores de balcones y ventanas lanzaban las monedas y billetes a una manta que desplazaban los comediantes para recibirlas.
   Para completar la recaudación, que no sería muy abundante, realizaban siempre un sorteo, generalmente una muñeca, cuyos números se adquirían en una subasta que realizaban los artistas. De esta manera se pasaba un buen rato, contemplando como los lotes de números eran adquiridos por las personas de mayor poder dinerario. Nosotros como era lógico no disponíamos de suficiente dinero para pujar y adquirirlos.
   Tras la función y una vez pasado un buen rato entretenidos, y comentar los momentos más vistosos de las "comedias", en compañía de nuestros familiares asistentes al espectáculo, regresábamos a nuestro domicilio.
   Así transcurrían los días de verano, donde alternábamos los baños en el Pozo Redondo o en la Badina de Sumencea, en el río Irati, durante el día, al atardecer tomando "el fresco" en el banco de Santa Águeda y como colofón algunos días, acudiendo al espectáculo que nos proporcionaban los "comediantes".


2 comentarios:

  1. Memoria prodigiosa y qué bien narrada están esas sesiones de ocio veraniego. Qué vida más dificil la de los comediantes y feriantes de pueblos, cambiando de escenario cada día para vivir de arrancar alguna carcajada que aquellos tiempos no estaban para muchas lisonjas.
    Josetxo tienes casi el libro de la historia reciente de Aoiz, me pido un ejemplar dedicado.

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  2. Josetxo Paternain4 de julio de 2011, 11:10

    Eres muy amable José Luis. Te agradezco tu comentario y me anima a seguir colaborando en esta magnífica ventana abierta a los "Pater, Mendaza y otras hierbas".
    Me considero un privilegiado compartir blog con un excelente cronista de Mendaza, de sus gentes y de gozar de la gran variedad de aportaciones culturales con las que nos recrea. Gracias por todo profesor.

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