Sí, es verdad, no son buenos tiempos, ni para la poesía, ni para la canción, ni para ponerse enfermo, ni para ir de compras, ni para leer periódicos, ni para oír tertulias ¡qué se le va a hacer! Pero a pesar de la que está cayendo, me niego a hacer de coro de lamentos, a escuchar tanto reproche desagradable, a actuar de juez y parte, a participar en tanta catarsis colectiva de la desesperanza, ¡no! me niego.
Y es que al otro lado de la tormenta dicen que el cielo es azul, que vuelan los pájaros y que no existe el engaño. ¡Venga, que vamos!
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