Cuando Joshi eligió Ubago como residencia en la Berrueza no fue casualidad. En el monte de la sierra descubrió una cueva que le serviría de refugio. Enfrente tenía la Costalera desplegada en su totalidad. Allí, en una pequeña explanada delante de su cueva, podría realizar sus ejercicios de yoga y de respiración que le procuraban la calma y la purificación. ¿Qué más se podía pedir?
domingo, 17 de febrero de 2013
JOSHI BUSCA LA PERFECCIÓN EN LA MONTAÑA (I): LA MUDANZA A LA CUEVA
El gurú mandó a Joshi a las montañas, a mejorar su "santidad" en una cueva, como hacen los sadhus al uso. Una buena dosis de soledad, frío y hambre es el mejor escenario para trabajar la austeridad y la penitencia, y a partir de ahí disolver el yo y conseguir la paz y la pureza.
Cuando Joshi eligió Ubago como residencia en la Berrueza no fue casualidad. En el monte de la sierra descubrió una cueva que le serviría de refugio. Enfrente tenía la Costalera desplegada en su totalidad. Allí, en una pequeña explanada delante de su cueva, podría realizar sus ejercicios de yoga y de respiración que le procuraban la calma y la purificación. ¿Qué más se podía pedir?
Cuando Joshi eligió Ubago como residencia en la Berrueza no fue casualidad. En el monte de la sierra descubrió una cueva que le serviría de refugio. Enfrente tenía la Costalera desplegada en su totalidad. Allí, en una pequeña explanada delante de su cueva, podría realizar sus ejercicios de yoga y de respiración que le procuraban la calma y la purificación. ¿Qué más se podía pedir?
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