martes, 1 de noviembre de 2011

MENDAZA EN BLANCO Y NEGRO (VI)


Solía ser un domingo de mayo. Todos se ponían las mejores galas, los de casa, la iglesia, incluso el mismo pueblo parecía diferente. Los protagonistas, los que hacían la primera comunión, descubrían que no eran invisibles y que ese día eran el centro de atención de todo el mundo. Lástima que durase tan poco. El lunes siguiente volvían a sentirse transparentes. ¿Sería el efecto de aquel traje maravilloso? 






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