domingo, 6 de noviembre de 2011

LAS FÁBULAS DE SAMANIEGO (X): LA LECHERA

Posiblemente, "La Lechera" sea la fábula más conocida de las escritas por Samaniego, y la que se utiliza más veces en la comunicación y en los media de hoy en día, el  famoso "cuento de la lechera".


La fábula es una metáfora de esas ilusiones sin mucho fundamento que nos hacen sentirnos felices, que nos hacen soñar y alimentar nuestras fantasías, hasta que ¡patapum! se nos pincha el globo de la esperanza y volvemos a sentirnos con los pies en tierra. Samaniego nos recuerda que no conviene anhelar el bien futuro cuando no está seguro ni el presente. 


El 11 de este mes hay un super sorteo de la lotería de la ONCE, 11 millones de euros, no está mal para el que le toque. Si compráis algún boleto, vivid con ilusión hasta el día del sorteo, soñad ¿por qué no? y luego continuad siendo felices, siempre hay más motivos para la esperanza y la confianza que para el desánimo y la desmoralización. ¡ Suerte!

LA LECHERA



Llevaba en la cabeza una Lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
«¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!»
Porque no apetecía más compañía que su pensamiento,
que alegre la ofrecía inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz Lechera ,
y decía entre sí de esta manera:
«Esta leche vendida, en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
me rodeen cantando el pío, Pío.
Del importe logrado de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado, berza, castaña engordará sin tino,
tanto, que puede ser que yo consiga
ver cómo se le arrastra la barriga.
Llevarélo al mercado, sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado una robusta vaca y un ternero,
que salte y corra toda la campaña,
hasta el monte cercano a la cabaña.»
Con este pensamiento enajenada, brinca de manera
que a su salto violento el cántaro cayó. ¡Pobre Lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía! ¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría, no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre su cantarillo la esperanza.
No seas ambiciosa de mejor o más próspera fortuna,
que vivirás ansiosa sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro;
mira que ni el presente está seguro.


1 comentario:

  1. Gracias por la fábula profesor. A los que peinamos abundantes canas, nos hace felices sobre todo, el bienestar de las personas que participan en los acontecimientos ordinarios de nuestra vida.
    Tener ilusión siempre es reconfortante y por supuesto, si no nos favorece la suerte en la lotería,no le damos importancia, hay "otras loterías" a las que no jugamos y que a veces nos hacen pasar momentos de angustia. Y por supuesto José Luis como bién dices, hay motivos para no rendirse y luchar por la felicidad de los que queremos.

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