martes, 17 de diciembre de 2013

RECORRIDO POR VALDEIZARBE. DESDE EL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE EUNATE HASTA LA ERMITA DE ARNOTEGUI.

   La meteorología adversa del último sábado del mes de noviembre, determinó la elección de este interesante recorrido, situado en la Zona Media de Navarra. El día lluvioso y desapacible inclinó nuestra decisión a realizar la andadura entre dos lugares emblemáticos del valle de Valdizarbe, situados al sur de Pamplona.
   Salimos de la ciudad temprano por la carretera PA-31, antes de tomar el desvío al municipio de Noain, elegimos la NA-121 en dirección al sur de la Comunidad en dirección a Tafalla. Una vez pasado el municipio de Campanas, tomamos la NA-601 en dirección a Puente la Reina, por el denominado "camino francés" o "camino de Santiago".
Santa María de Eunate. Camino de Santiago.
Rodeada de campos de cultivo.
   Después de pasar por las proximidades del pueblo de Enériz, aparece una derivación, que nos llevará al emblemático lugar de Eunate, cuyo complejo monumental aparece en medio de campos de cultivo. Aparcamos los vehículos en un amplio espacio dispuesto al lado de este monumento.
   Un panel informativo, en las proximidades de este lugar, nos informa con detalle el recorrido desde este lugar, hasta Arnotegui. Equipados convenientemente, iniciaremos el recorrido con posterioridad a la visita que realizamos al lugar, donde ahora nos encontramos.
   El Monasterio de Eunate, se compone principalmente de la Iglesia de Santa María, que es una construcción octogonal de la segunda mitad del siglo XII, con un arcado claustro exterior alrededor del octógono, constituye una de las obras más representativa de la arquitectura románica en Navarra. El conjunto es de planta octogonal como hemos señalado, pero imperfecta, y el claustro tiene treinta y tres arcos con capiteles decorados.
   Por los enterramientos encontrados pudiera tratarse de una Iglesia-Cementerio de los peregrinos del Camino de Santiago, que atraviesa este lugar, aunque hay otras tesis sobre su origen y finalidad. Otras hipótesis relacionan su planta octogonal con los Caballeros de la Orden del Temple.
   La arquería poligonal que rodea este monumento, es el origen de su nombre, ya que Eunate significa "cien puertas" en euskera.
Conjunto de "eras" para la obtención de sal.
Actualmente fuera de utilidad.
   Después de visitar Eunate (395 metros de altitud), iniciamos el recorrido programado en dirección sur, por un amplio camino de concentración parcelaria, que se inicia con una ligera pendiente entre grandes fincas de regadío sembradas de maíz, a punto de recolectar. El itinerario, aunque discurre a lo largo de cotas de altura modestas, despliega hermosas vistas panorámicas, cerradas al norte por la Sierra del Perdón, mientras en la dirección que seguimos al sur, los campos cultivados descienden lentamente hacia el Ebro, en un sosegado viaje ondulado.
   Siguiendo por el camino de concentración, nos dirigimos hacia una elevación denominada Oltzea u Oltza (479 metros). Después de esta elevación, el camino desciende en dirección oeste en pequeñas ondulaciones, llegando posteriormente a una nueva elevación. Desde este lugar llamado Monteruga (512 metros), descenderemos siempre en dirección oeste, hasta situarnos en un amplio barranco, que alberga unas curiosas salinas abandonadas.
   El aprovechamiento de la sal, se realizó en tiempos pretéritos a partir de un manantial de agua, con un alto grado de salinidad. Se observa en este espacio, unas pequeñas unidades de evaporación denominadas "eras". Cada una, de unos 9 metros cuadrados de superficie y 2 o 3 centímetros de profundidad.
   Un proceso de evaporación del agua salada originará en las citadas "eras", la decantación de las sales contenidas en ella. En el centro de las citadas zonas de evaporación, un edificio a modo de almacén, recogía la sal obtenida en las "eras". En los laterales de este lugar, una serie de cuevas excavadas, pudieron albergar los utensilios empleados en esta actividad.
Estela que señala el lugar donde
fue martirizado San Guillen.
   Después de visitar este lugar, siguiendo el camino balizado, nos dirigimos hacia la zona denominada Garatea o Karatea, acercándonos al lugar desde donde se divisa Arnotegui. Antes de llegar a dicho lugar, en una pequeña elevación, aparece una estela que recuerda, el lugar donde fue martirizado San  Guillermo.
   Desde este lugar, tras un ligero descenso y después de atravesar una pista embreada, nos dirigimos por la pista balizada hacia la ermita de Arnotegui, que aparece elevándose en el horizonte. Después de un tramo de camino, en continua elevación, llegaremos al citado lugar.
   La ermita de Arnotegui, es muy importante, en la devoción de los habitantes de Valdeizarbe, en especial del pueblo de Obanos. Allí se encuentra la Virgen de Arnotegui, talla románica del siglo XII. Además es tradición, que en este monte coronado por la ermita, se retiró como ermitaño, el noble Guillermo, para expirar el grave pecado de haber acabado con la vida de su hermana Felicia, en un ataque de ira por no querer regresar a la casa de sus padres.
   Guillermo, arrepentido de su crimen, se alejó de riquezas y vicios del mundo, y destacó desde entonces por su vida sacrificada y honesta al servicio de los demás. Tal dedicación le llevó a alcanzar la santidad, es venerado como San Guillermo, al igual que su abnegada hermana Santa Felicia.
   Lo primero que llama la atención cuando llegamos a esta ermita de Arnotegui (512 metros) es la altitud donde se encuentra está fortificación, que dispone de paredes fusileras. En el mismo acceso, nos encontramos una pequeña torre cuadrada provista de estrechas ventanas utilizadas para la defensa, que hoy se emplea como leñera.
 Conjunto de la Ermita de Arnotegui.
   Estos añadidos del siglo XIX, se realizaron con motivo de las Guerras Carlistas. En esta zona próxima a Puente la Reina, se libraron numerosos combates entre liberales y carlistas, al ser una zona estratégica, para cubrir el corredor de acceso de la Cuenca de Pamplona. Prueba de ello, no son solo las fortificaciones de la ermita. Muy cerca, en un altozano próximo, están los restos del Fuerte Infanta Isabel, construido por los liberales.
   En la visita a la ermita no fue posible entrar en el interior de la misma. Un cartel indicador del actual ermitaño, nos informa que solamente está  abierta,  por las tardes.
   Otro atractivo de este lugar son las vistas panorámicas que disfrutamos, contemplando a nuestros pies, una parte importante de Valdeizarbe, con las poblaciones cercanas de Puente la Reina y Obanos situadas en lugares estratégicos de estos parajes.
   Aprovechando este lugar de privilegio, en un espacio abrigado, los miembros del grupo "matarrasa", tomamos un reconfortable almuerzo, en el que no faltaron los comentarios pertinentes del recorrido. El mismo, nos estaba proporcionando una visión importante de estos hermosos lugares de la Zona Media de Navarra.
   No era nuestra intención inicial, visitar otros lugares antes de volver al punto de partida, pero al observar los restos de la fortificación próxima, decidimos visitar el lugar, ya que disponíamos de tiempo para hacerlo.
   Descendimos de Arnotegui, para a continuación por un amplio camino, e iniciamos el ascenso a la colina próxima, que contiene  los restos de una gran fortificación entre un abigarrado conjunto de pinos. Llegamos a las ruinas del fuerte cristino Infanta Isabel, situado frente a la Ermita de Arnotegui y hacia el cual apuntan las troneras de este complejo defensivo.
Muros defensivos del Fuerte Santa Isabel.
   El Fuerte Santa Isabel, en una fortificación de las guerras carlistas mejor conservada de Navarra, a pesar de su estado ruinoso. Tiene planta estrellada, conserva muros, fosos y paredes fusileras.
   Este fuerte, como hemos señalado anteriormente, tenía una función estratégica de primer orden. De ahí la potencia de sus muros y disposición de la fortificación. Además su dominio visual del entorno es excelente. Todavía era mejor cuando estaba en uso, ya que los pinos que ocupan la parte norte de la fortificación, le quitan bastante panorámica.
   Después de recorrer todo el espacio que ocupan estos restos del Fuerte, iniciamos el descenso hasta la pista balizada, que utilizamos para el recorrido de regreso a Eunate.
   El tiempo frío de la mañana se ha complicado, con la aparición de fuertes rachas de viento norte y lluvia, que nos obliga a realizar un retorno apresurado, cambiarnos de ropa antes de volver a la ciudad de Pamplona. No obstante el tiempo invernal y desapacible de la mañana, hemos disfrutado de unos lugares muy interesantes, como es en gran parte Valdeizarbe, situado en la Zona Media de Navarra.



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