viernes, 13 de diciembre de 2013

ESTAMOS EN SAGITARIO. EL AÑO SE ESTÁ ACABANDO.

La otra noche volví a mirar las estrellas, hacía frío y me di cuenta que Mercurio se encontraba en Sagitario. Estábamos en su primer decanato, era casi diciembre y el 2013 se nos está acabando. 

Y para comprender un poco más todo este galimatías astrológico, volví a las fuentes de conocimiento, aquellas que reportan felicidad al humilde ser humano enfrentado a su destino y a las estrellas. 

Y entonces abrí el libro de la felicidad (Matali' al-saadet) que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia. Napoleón sabía muy bien que el arte de la guerra no consiste únicamente en levantar la bandera en nuevas plazas y arramblaba con todo lo de valor que encontraba en el camino. Este códice recoge lo más refinado de la cultura y civilización del imperio Otomano del siglo XVI. Lo mandó elaborar a los artistas y poetas del momento el sultán Murad III, nieto de Suleiman el Magnífico. Eran momentos para la cultura y la vida, no para la guerra. 

-El Libro de la Felicidad se lee de derecha a izquierda-
No tuve que ir hasta París. Gracias a Moleiro y a Diego pude ojear uno de los pocos "casi-originales" que se han editado. Me fijé especialmente en lo que decía en las páginas que recogen textos del Libro de las Natividades (Kitab al-mawalid) sobre los nacidos bajo el signo de Sagitario:

"El sabio Albumasar dice que el niño que nazca en esta fase tendrá la tez del color del trigo, será puro y de gran estatura. Será elegante, además de majestuoso. Será paciente y amará a los virtuosos, de buena moralidad y de maneras amables. En la mejilla derecha tendrá un lunar. El nacido bajo este signo alcanzará su cenit a los dieciocho años, pero luego, a los treinta y dos años, empezará a declinar. A partir de ese momento, día tras día, adquirirá mucha fortuna y alcanzará la plenitud. Su vida será agradable y digna, realizará largos viajes a lugares lejanos y, al final, padecerá el martirio. Expresará todo lo que tenga en su corazón, lo malo y lo bueno.

Bienes: su casa es Capricornio y Saturno. Le gustará la práctica del comercio y obtendrá bienes de una herencia. Recibirá otros bienes, pero los donará como limosna y liberará a un esclavo. Logrará muchos beneficios de la práctica de su arte. 

Viajes
: su casa es Leo y el Sol. Se desplazará y viajará tardíamente. Su mejor destino será hacia el este y el norte. En alguno de sus viajes recibirá mucho provecho y felicidad de un hombre muy poderoso. 

Peticiones
: su casa es Libra y Venus. Tendrá muchas solicitaciones y no recibirá beneficios de los amigos. Cuanto más evite las relaciones sociales mejor. Correrá el riesgo de tener problemas a causa de los amigos. 

Enemigos: su casa es Escorpio y Marte. Tendrá muchos enemigos. Deberá evitar a los soldados y a los que tengan los ojos azules..."

Los astrólogos al uso reparten los 360 grados de la esfera celeste entre los 12 signos zodiacales y, a su vez, los 30 grados que corresponden a cada signo en 3 porciones, los llamados decanatos. El primer decanato de Sagitario comienza el 22 de noviembre y transcurre hasta el 1 de diciembre bajo la presencia de Mercurio. El segundo alcanza hasta el 11 de diciembre bajo los auspicios de la luna, para acabar el tercer bloque bajo las influencias de Saturno el próximo 20 del corriente. Si nos fijamos en la ilustración, el signo tiene debajo la representación de los tres decanatos regidos por Mercurio, de blanco y escribiendo en un rollo; la luna y finalmente Saturno, con sombrero y que parece salir corriendo del marco. El sentido de la referencia temporal es, como en la escritura árabe, de derecha a izquierda.

En cuanto a la representación del signo, nos cuenta el libro que Sagitario, el Arquero, es medio hombre medio felino, vuelto hacia atrás para disparar una flecha hacia su propia cola, que acaba en una fiera cabeza de dragón. El cuerpo del felino tiene manchas, tal vez para representar a un leopardo, y la parte humana de la figura que debería ser masculina, sin embargo, presenta largos cabellos están atados en un moño como los de Venus, el planeta femenino. El sabio sentado en el cielo y que observa la escena es Júpiter. Luce barba, está tocado con un gran turbante y viste un caftán abierto con largas mangas.

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