viernes, 7 de junio de 2013

LA BATALLA DE MENDAZA (VI): A BAYONETA CALADA

Don TOMÁS, ESTO TIENE MALA PINTA

Por el lado de Mendaza, los del bravo Iturralde resistían el empuje de las tropas de Oraa, batiéndose con su habitual denuedo; pero los cristinos habían sabido ganar mejores posiciones, y llevaban la mejor parte en la refriega. El bueno de Iturralde y su gente lo habrían pasado mal si la acción no cobrase un vivo interés en el centro. El coronel del 5.º, descontento de su desairada situación, ávido de entrar en fuego, maniobró hacia la llanura, corriendo por su cuenta y riesgo en apoyo de los alaveses.

Ya tenéis a Fago batiéndose en primera línea, impávido, como si en su vida no hubiera hecho otra cosa. Con seguro instinto sabía escoger en el pequeño radio de que disponía la mejor posición; alentaba a sus compañeros, y antes daba que recibía de ellos el ejemplo de serena audacia, pasando más bien por veterano que por bisoño.

Desplegado el batallón en columnas, más de una hora sostuvieron éstas el fuego al amparo de un grupo de olivos. Avanzaron dos o tres veces; tuvieron que retroceder a su primera posición, perdiendo algunos hombres. A la una de la tarde, las bajas de la compañía de Fago eran cuatro muertos y unos catorce heridos, entre ellos el capitán Alzaa. El coronel se impacientaba: no tenía costumbre de batirse largas horas en un mismo sitio; sus valientes soldados se habían educado en los avances rápidos.

Pero en aquella desdichada ocasión les atacaba un poderoso enemigo, apoyado en la columna de Oraa, que rápidamente les quitó la ventaja del terreno alto; de poco les valió a los carlistas aventurarse a una fogosa carga a la bayoneta, porque la tropa contraria les tenía ganas, se sentía en mejor posición y con mayor fuerza moral. Mandábala un General de grandes alientos, joven, instruido, hecho a las luchas diplomáticas y militares, tan buen conocedor de la sociedad cortesana como de los campos de batalla.

Desde el primer momento conocieron los facciosos que el contrario era duro de pelar, y por aquella vez la extraordinaria pericia de D. Tomás no les llevaba a una fácil victoria. Los batallones que mandaba el propio Zumalacárregui adquirieron alguna ventaja sobre los cristinos a las dos de la tarde. Pero como por el sur de Mendaza, Iturralde se vio desalojado de sus posiciones, teniendo que replegarse con alguna confusión, Córdoba no tardó en ganar el terreno perdido, y a las tres la caballería cristina, mandada por López, acometió con extraordinario brío, y los facciosos no pudieron con ella.

Desconcertado desde el primer momento el plan de Zumalacárregui, apenas pudo éste sacar partido de sus setecientos de a caballo. Harto hizo con proteger la retirada de los castigados batallones, que abandonaban la victoria con más tristeza que desaliento, sintiéndose dispuestos a empezar otra vez en aquel mismo instante, si así se les ordenaba.

(continuará)


B.P. Galdós

Zumalcárregui
Episodios Nacionales. Vol. 21.
 

- Pasos utilizados por el ejército cristino en su acceso al valle de la Berrueza -
  • Los cristinos utilizaron tres pasos para entrar en el campo de batalla. Una pequeña columna lo hizo por la parte derecha del valle a través del puerto de Mirafuentes y el grueso del ejército lo hizo por San Gregorio. La imagen nos recrea las distancias y la visión que tenían los carlistas de cómo entraba el enemigo en el campo de batalla.
  • Continuando con los grabados sobre la estrategia de la batalla de Mendaza, el grabado C) es del año 1845, extraído de la obra "Vida y hecho de don Tomás de Zumalacárregui" de Juan Antonio de Zaratiegui. El despliegue de los dos bandos se esquematiza con menor detalle que los anteriores, pero refleja perfectamente el relato de Galdós con 3 grupos para los carlistas y dos para los cristinos, todos en línea preparados para el combate, salvo las fuerzas de Córdova en columna. La zona de los enfrentamientos está bien delimitada según el relato. La caballería, al igual que en los otros grabados respalda las posiciones de la infantería. En cuanto a la representación de la orografía y relieve del terreno es correcto y la que mejor lo refleja. 
  • El grabado D) es del año 1890, de Arturo Pirale, y representa el plano de las acciones de Mendaza y el puente de Arquijas, aunque vemos sólo los detalles de la batalla de Mendaza. La línea de enfrentamientos se encuentra en el eje Nazar-Piedramillera. La caballería, al igual que en los otros grabados respalda las posiciones de la infantería. El esquema de la batalla presenta a los cristinos superiores en número y bien agrupados, lo que hace difícil imaginar una acción de bolsa con este planteamiento.  La representación de la orografía del terreno es pobre y no se pueden distinguir los detalles del relieve. 

- Mosquete y bayoneta utilizados en la primera guerra carlista -

  • Las armas utilizadas en la batalla de Mendaza eran mosquetes de cañón liso de avancarga (carga por el cañón) y con encendido por pedernal (de chispa). Estos mosquetes utilizaban bolas, o balas redondas, algo que duró hasta mediados del siglo XIX cuando se empezaron a usar balas ojivales en las nuevas carabinas de alma rayada. La velocidad de tiro variaba desde 1 a 2 ó 3 disparos por minuto. El alcance efectivo era unos 200 metros. Los mosquetes eran unas armas muy imprecisas que no debían ser usadas a más de 900 pasos del objetivo (poco más de medio km). Se estima que los impactos en la diana eran menos del 1%. Se decía que para abatir a una persona había que dispararle su peso en plomo.
 
- Balas de diferente calibre utilizados en los mosquetes de la época -
  • En la primera guerra carlista, ambos ejércitos se equiparon con lo que había en los arsenales, esto es, con mosquetes españoles, armas francesas que se capturaron al final de la guerra de la independencia y armamento inglés. Como que la munición era también de diferente calibre, solucionaron el problema con el uso del calibre mas pequeño (el francés de 0,69 pulgadas). En la imagen podemos ver bolas o balas de diferente tamaño para cargar los mosquetes. La bala gris del centro tiene un calibre de 0,44 pulgadas, es decir, 1,18 cm de diámetro.
 
  • Para los que como yo no tengáis cultura militar, esta tabla nos servirá para entender las dimensiones de las unidades de la milicia que se refieren en el texto. Algunos valores no se dan con precisión y todo depende de la capacidad de reclutamiento y financiación de los ejércitos. En este sentido hay que imaginar que los carlistas, que no andaban sobrados, ajustaban sus agrupaciones por la parte baja de la franja.


  • Durante la primera mitad del siglo XIX los ejércitos no lo hacían muy diferente que los propios romanos. Se movían en columnas, pero el combate era en línea. El batallón era la unidad táctica, pero para el combate se dividía en pelotones de 6 a 10 soldados. El batallón se desplegaba en 3 líneas, con un paso de 65 cm entre cada una. No había huecos entre los pelotones, pero sí entre los distintos batallones, unos 20 pasos, como se aprecia en los grabados, donde hay una discontinuidad entre los batallones dispuestos a la misma altura
  • Había varios tipos de fuego: por batallón, división, pelotón o filas. En el fuego por filas, empezaba a disparar la última fila, retrocedía 3 pasos por seguridad, luego la segunda que retrocedía uno y finalmente la primera que se quedaba quieta. Terminado el fuego se cerraban distancias y el batallón avanzaba 10 ó 20 pasos para volver a comenzar.
    - Loa cristinos y los carlistas entran en la lucha cuerpo a cuerpo -
    • En Mendaza, debido a la topografía del terreno, el efecto disuasorio del fuego difuso no tenía mucha importancia y permitió en algunos momentos de la batalla cargas a bayoneta realmente cruentas y que dejaron muchas víctimas por ambos bandos.
    
    - Las tropas cristinas arrinconan a los carlistas de Iturralde a las puertas de Mendaza -
    

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