Hacia Ireber desde Arrarás. Campas de Otxola. |
Situados en el lugar de partida, aparcamos los vehículos en la espaciosa Plaza Central de la localidad, en un lateral del frontón abierto de la dicha Plaza. Después de equiparnos convenientemente para la ascensión, nos dirigimos a la parte alta del municipio de donde sale una amplia pista asfaltada de pendiente ascendente.
Seguimos por la citada pista, muy cerca de su inicio nacen sendas entradas a dos caseríos rodeados de amplio bosque de árboles castaños, que en esta época del año proporcionan abundantes frutos para el consumo humano y también alimento para animales propios, criados por los moradores del lugar.
El ascenso sigue la dirección nor-noroeste por la pista asfaltada que adquiere diferentes pendientes por el lateral de un pronunciado barranco, por el que fluye un riachuelo con abundantes saltos de sus aguas. En este primer tramo del recorrido emplearemos un tiempo de unos 25 minutos antes de llegar a las campas de Otxola, a una altitud de 950 metros.
Ejemplar de "Boletus edulis" Recolectado subiendo a Ireber |
Seguimos en la misma dirección hasta llegar a una alambrada que atravesaremos por una puerta metálica dispuesta para ello, dejándola cerrada para impedir la salida del ganado de la zona de pastos. Después de este paso siguiendo las marcas rojas y blancas de la GR-12, el camino empieza a elevarse por el lateral de un barranco poblado de arbolado con hayas de gran porte. Seguimos con elevación continua, tomando altura, en dirección oeste.
En el hayedo que atravesamos nos detenemos un buen espacio de tiempo en recorrer una amplia área del mismo, con la finalidad de intentar recolectar algún ejemplar de "Boletus edulis", hongos que en esta época deberían poblar los suelos de estos montes de Navarra. Nuestra búsqueda de este preciado manjar es infructuosa, pues solo encontramos dos ejemplares del citado hongo. Ya en anteriores visitas a varios montes de la geografía navarra, hemos intentado recolectar este tipo de fruto micológico, pero el otoño de este año falto de lluvias, con abundante viento del sur, y temperaturas elevadas, han impedido la ansiada aparición de setas y hongos.
Solamente en salidas al monte en sábados anteriores, hemos podido recolectar ejemplares de "Lactarius deliciosus" o "Rebollones", "Lepiota (Macrolipiota) Rhacodes" o "Galamperna", "Coprinus comatus" o "Apagavelas", "Clitocybe nebularis" o "Pardilla" y algún otro tipo de seta comestible. También hemos podido observar abundantes ejemplares de la peligrosa y mortal "Amanita phalloides" y de la atrayente y peligrosa "Amanita muscaria".
Hermoso dolmen de "Bi aizpen" (1.178 metros de altitud) |
La sepultura tiene un túmulo de un metro de alto por doce metros de diámetro todo de piedra. En el centro tiene una cámara de cuatro losas. La orientación es de este a oeste. La losa que da al sur tiene desprendida una parte a todo lo largo de ella y depositada sobre la cámara, quedando esta parte bajo una pequeña cubierta, dando la impresión de tener dos cámaras juntas.
Al sur del túmulo y fuera de él, se encuentra una losa del tamaño de las laterales y otra más pequeña. Pudiera ser parte de la cubierta.
El nombre del dolmen significa sepultura de dos hermanas, según cuenta la leyenda dos hermanas que caminaban por el monte hacia el municipio de Beruete, fueron sorprendidas por una gran nevada, muriendo congeladas en este lugar. Allí es donde fueron encontrados juntos sus restos muchos años después. De ahí el nombre de sepultura de las dos hermanas.
Cumbre de Ireber (1.206 m.) Buzón de montaña. |
En esta cumbre rocosa de Ireber (1.206 metros), encontramos dos buzones montañeros, uno en forma de proyectil o cohete balístico y otro es una pequeña casita sobre un mástil. Desde este lugar la visión es fantástica, incluye la Sierra de Aralar y su prolongación hacia las Malloas con la sobresaliente cumbre de San Donato, los más próximos altos de Huici y siguiendo hacia el este las cumbres de Zuperri, Zuaspi, Txaruta en la zona de Velate. Seria incontable el número de cimas de montaña que se observa en este lugar privilegiado.
El Ireber, presenta un hermoso casco blanco que asoma entre los grandes bosques que cubren extensamente estas montañas. En dirección sureste se encuentra la cima del monte Ernaitzu con sus (1.203 m.), montaña de altura similar al anterior, pero de apariencia bien diferente, hacia esta cima nos dirigiremos, después de tomar el esperado almuerzo, una vez alcanzada la cima del Ireber.
En un lugar abrigado de esta cima, realizamos uno de los actos importantes de la salida a la montaña, tomar el refrigerio con los amigos "matarrasa", comentando las incidencias del ascenso, interpretar los magníficas vistas que desde este lugar se observan y planificar el resto de la jornada, en función de las rutas que podemos elegir para regresar al lugar de partida.
Hermoso buzón de montaña Monte Ernaitzu (1.203 metros). |
Después de disfrutar de la soleada mañana y volver a contemplar las hermosa vistas desde este lugar, iniciamos el camino de retorno hacia el lugar de salida. De la cumbre descendemos por la ladera de esta última cima hasta retornar por el camino de ascenso. En esta ladera de pendiente homogénea y pronunciada, podemos observar pequeños montículos a modo de túmulos que nos llaman la atención, no conociendo la finalidad de los mismos, ni su historia.
Ya en el camino por el cual iniciamos anteriormente la ascensión, retornamos al lugar de salida, el municipio de Arrarás, al cual llegamos después de pasar una jornada llena de encanto y buenos recuerdos. Con el cambio de ropa y posterior regreso a Pamplona terminó esta hermosa jornada montañera.
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