domingo, 19 de octubre de 2014

ME VOY A BERLÍN A BUSCAR A UN PATER

- El autor junto a PL van Bornnquelin -
En un reciente viaje a Madrid tuve un inesperado encuentro con el periodista e historiador alemán Peter Ludwig van Bornnquelin, ya conocido en estos lares por sus estudios sobre el origen de los colores del Barça y que le llevaron a relacionarlos con el escudo familiar de los Paternáin. Como ya se explicó con anterioridad, Joan Gamper, primer presidente y fundador del Club de fútbol de la ciudad Condal, conoció el escudo Paternáin en Pamplona con ocasión de una visita a la ciudad de los SanFermines.

En esta ocasión el afamado periodista me refirió un artículo publicado recientemente por un colega suyo en un periódico berlinés, "Berliner Zeitung", sobre una exposición permanente en el museo del Holocausto y en la que se presenta una nueva lista de las víctimas de judíos muertos a causa del genocidio nazi perpetrado en la segunda guerra mundial. 


-Ejemplar del Berliner Zeitung
donde se hace referencia
 a lista de víctimas -
Bornnquelin me comentó que le había llamado la atención la presencia de un nombre que relacionó con otro que le resultaba conocido por sus anteriores investigaciones, Paternáin. Concretamente se trataba de un tal David Ben Pater Rosenthal.


Bornnquelin, un experto en la historia moderna de los estados alemanes, me explicó muchas curiosidades sobre el origen de los apellidos en Alemania, y en especial los de origen judío. En el sistema patronímico judío, el nombre es seguido de Ben o Bat (“hijo de” e “hija de”, respectivamente) y luego el nombre del padre. 

Entre los judios askenazí de Alemania y de la Europa del Este el uso de apellidos hereditarios sólo empezó a utilizarse a partir del siglo XVIII. La necesidad de regular el cobro de los impuestos y el reclutamiento militar que tuvo lugar en el Imperio austríaco, el Imperio ruso y en los Estados alemanes en los siglos XVIII y XIX hizo que se promulgaran leyes que obligaban a la población judía a adoptar apellidos hereditarios. Los judíos que ya tenían apellidos, podían seguir utilizándolos o cambiarlos según su tradición, y aquellos que no los tenían, estaban obligados a tomar uno, que desde ese momento se convirtió en hereditario. 


- Monumento memorial del Holocausto judío en Berlín -
Lo de Ben Pater como "hijo del Pater", "hijo del Padre", parece que no deja lugar a otra interpretación, pero resulta poco significativo. Todos son hijos de su padre, no cabe duda, pero Bornnquelin, con ese instinto de los buenos historiadores con el que saben reconocer el pulso de la historia en las entrañas de una montaña de indescifrables legajos, insistía en que no había que fijarse en el prefijo, sino en el Pater posterior, y que eso revelaba el origen cristiano, y muy posiblemente navarro, del apellido.

También me contó el periodista que había consultado la presencia del apellido Paternáin en Berlín, así como en el estado de Branderburgo, y que no había encontrado ninguna referencia, ni en el pasado, ni en el presente, salvo alguna reciente incorporación originada por las nuevas migraciones, pero que de ningún modo pueden explicar el posible origen del apellido judío.

- El autor junto al historiador Josetxo Paternáin -
No soy la persona más indicada para indagar en el pasado de los Pater, que para eso tenemos al mejor investigador de los Paternáin, Josetxo Paternáin, historiador y colaborador de este blog. Sin embargo, con todos estos precedentes no puedo menos que intentar confirmar la noticia del Berliner Zeitung y aclarar el origen de este posible descendiente Pater, ¿quizás un emigrante de origen navarro? 

Me voy a Berlín, seguiré informando.


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