- Mués con Los Arcos al fondo -
Aunque la ermita-basílica de San Gregorio está ligada a Sorlada por una simple cuestión de proximidad y de acceso, Mués está íntimamente unido al origen de la leyenda. La tradición nos recuerda que un romano llamado Gregorio, obispo de Ostía, acudió a Navarra en el siglo XI enviado del papa Benedicto IX con el fin de conjurar las plagas de langosta que asolaban los campos de cultivo.
La muerte le sorprendió en Logroño, pero antes de morir Gregorio ordenó que su cuerpo fuese montado en un burro, y que se construyese un templo en el lugar en el que el jumento cayese reventado. Sus ayudantes colocaron su cuerpo sobre un burro, dejándolo caminar sin rumbo fijo.
Como "agradecimiento" a los vecinos de Mués por las pocas facilidades ofrecidas a la sepultura del obispo, los ayudantes del obispo les dedicaron esta conjuro: ¡Mués, muesaja, en cada casa una raja! ¡Aunque no la queráis, raja tendréis! El creativo popular ha ido completando la sentencia con diferentes variantes como: -En casa del alcalde la más grande y en casa del cura la más oscura.
Lo cierto es que sea por los materiales de construcción, o por el historial sísmico de la zona, casi todas las casas de Mués tienen en sus fachadas dibujada la maldición.
Esta historia de las casas de Mués y sus rajas me trae a la memoria una guitarra maestra que nos falta, la de Wes Montgomery, y un blues clásico, "Full House". Wes se lo quiere dedicar a esa impronta arquitectónica con la que conviven los vecinos de Mués, casas llenas sí, repletas de grietas.
Wes, a parte de tener muchos hijos naturales, ha sido el padre de muchas generaciones de guitarristas. Es un punto y a parte en la historia de la guitarra jazz, ese sonido de rasgueo con el pulgar, sin púa, esa elegancia, esa rapidez, esa técnica, esa facilidad y naturalidad. Mucho Wes para Mués.
Esta historia de las casas de Mués y sus rajas me trae a la memoria una guitarra maestra que nos falta, la de Wes Montgomery, y un blues clásico, "Full House". Wes se lo quiere dedicar a esa impronta arquitectónica con la que conviven los vecinos de Mués, casas llenas sí, repletas de grietas.
Wes, a parte de tener muchos hijos naturales, ha sido el padre de muchas generaciones de guitarristas. Es un punto y a parte en la historia de la guitarra jazz, ese sonido de rasgueo con el pulgar, sin púa, esa elegancia, esa rapidez, esa técnica, esa facilidad y naturalidad. Mucho Wes para Mués.
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