sábado, 26 de mayo de 2012

SANTA COLOMA, LA NEGOCIACIÓN DE UNA TRADICIÓN

Ha llegado a la CPU (Central Processing Unit, unidad de proceso central) de mi PC personal un pdf (portable document format, formato de documento portátil) (disculpas por el lenguaje utilizado, se trata de slang del siglo XXI) de la digitalización del libro que registra las honras a Santa Colomba en el lugar de Mendaza hace más de doscientos años, en el 1806, un poco antes del lio de la invasión francesa de España y en una época en que Europa se debatía en las llamadas "guerras napoleónicas" que caracterizaron el primer imperio francés y a Napoleón. ¡Qué no ha llovido desde entonces!


En las 9 páginas del documento, se puede leer un auto de D. Miguel Marco, provincial y vicario general del obispado de Pamplona, en el que se proclama la sentencia por la cual rebajan las honras y celebraciones religiosas sentenciadas en un auto previo de manera que:
  • se permita a los moradores del pueblo el considerar el día de riguroso festivo.
  • se permita, por lo tanto, que puedan abstenerse de oír misa.
  • se permita que puedan trabajar.
  • de no respetar el festivo no incurrirán en pecado, ni siquiera venial.
- ¡Uf, estamos salvados! Con la de trabajo que hay y encima tener que subir y bajar en procesión a la ermita, deberían pensar los pelones de Mendaza.

Todo empezó en un auto anterior que extremaba las circunstancias con las que los vecinos de Mendaza debían honrar a Santa Coloma. El manuscrito lo describe en los siguientes términos (se aconseja tomar aire antes de su lectura, porque no tendréis puntos y apartes donde descansar):

“Por los particulares señalados beneficios que han experimentado en muchos años del Cielo por la eficaz intercesión de Santa Columba los constituye en una gratitud particular y deseando manifestarla como corresponde y que haya memoria de ella en lo sucesivo, resuelven y conforman unánimemente que el día 20 de mayo de cada año en justo reconocimiento al particular favor que por la mediación de la Santa consiguieron de liberarse en igual día del año anterior de una crecidísima piedra que taló y asoló los campos de los lugares inmediatos en toda la circunferencia, se celebre fiesta por todo el vecindario, sus residentes y sus moradores indistintamente, absteniéndose del trabajo de sus heredades, dedicándose sólo a ejercicios cristianos y de piedad, principiándolos con una procesión que en rogativa deberá salir de la iglesia a la ermita de la Santa, concurriendo a aquella cuando menos el amo de cada casa.”

En estos tiempos que corren, a los “líderes políticos” que nos gobiernan ya les gustaría tener el poder que tenía la iglesia a través de sus gestores locales, los curas y párrocos de los pueblos.

Hoy en día, al cabo de dos siglos, la gente, el pueblo, ha perdido el miedo a los poderes terrenales (no me atrevo a opinar sobre los otros) y ya está bien que así sea, siempre que el respeto mutuo y el cumplimiento de las normas aceptadas por la mayoría (constituciones, estatutos, etc) sea el marco donde negociar los desacuerdos.

A pesar de que las reglas están claras, hay poderes y gente que tratan de conseguir la suya a través de otros circuitos, siguiendo el principio de que ”el fin justifica los medios”, como decía Maquiavelo, según el cual los gobernantes y otros poderes están por encima de principios éticos y morales para conseguir sus objetivos y realizar sus planes.
 

- Vecinos de Mendaza honrando a Santa Coloma en la ermita -

Al cabo de doscientos años, el vecindario, los residentes y moradores de Mendaza esperan con alegría el tercer fin de semana de mayo para cumplir en libertad y sin amenazas con la tradición de honrar a Santa Coloma, porque así ha sido “desde siempre” y porque siempre será mejor tener un buen seguro que nos proteja de una peligrosa y crecidísima pedregada. Amén.

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