Desde este púlpito diremos la nuestra y es que la vida seguirá igual después del partido, gane quien gane (Xavi tiene razón una vez más) y los mercados seguirán acosando, los gobiernos apretando, Merkel y Sarkozy representando, así que Dios reparta suerte y gane el mejor, que el resto seguiremos perdiendo que es lo toca en este momento.
Y para que las cosas no se salgan de madre, se respeten los ojos ajenos y quede todo en lo que es, un simple partido de futbol, uno más, un poco de música maestro, que la música amansa las fieras, tiene un efecto balsámico, tranquilizador y favorece nuestro estado de ánimo, conocimiento y salud, porque quien canta su mal espanta. Además, está probado que la música facilita el entendimiento pacífico entre culturas, sociedades y aficiones deportivas. Algún agudo pedagogo ha recomendado escuchar por las mañanas un aria de Mozart todos los días antes de empezar las clases. Seguro que se evitarían muchas tensiones innecesarias en el aula.
La propuesta musical nos viene dada por los tres Tenores: Plácido Domingo, Josep Carreras y Luciano Pavarotti. Las alineaciones son fáciles de intuir: Plácido (Real Madrid), Carreras (FC Barcelona) y Pavarotti de negro haciendo de árbitro. El tema interpretado entre los tres, el aria Nessun dorma (Nadie duerma) de Puccini, perteneciente a la ópera Turandot.
La ópera recrea en la China la historia, presente en otros clásicos como en el Mercader de Venecia de Shakespeare, de la princesa Turandot que resabiada de anteriores desprecios sentimentales corta la cabeza a los pretendientes que no saben responder a tres adivinanzas que les propone. Pero llega un príncipe desconocido que le acierta los tres enigmas y la desafía a que sea ella la que averigüe su nombre si no quiere probar la misma fortuna. Turandot ordena que nadie duerma hasta que se sepa el nombre del príncipe desconocido.
De esta manera, Nessun dorma se ha convertido en el clásico canto de la vigilia antes de la prueba, del "combate", del "partido del siglo". El aria finaliza con el clamor del príncipe de que se acabe la noche y se cumpla el enfretamiento, convencido de que ganará el reto. ¡Ay, ay, ay! peligra la suerte de Turandot y sus cortesanas.
¡Ah! el nombre del principe creo recordar era Mesif, o algo así.
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Acertada aportación de nuestro amigo José Luis.
ResponderEliminarCuando los medios de comunicación deportivos entablan polémicas inauditas e intentan enrarecer el ambiente entre dos aficiones perfectamente respetables, lo más adecuado como se plantea en esta comunicación es, rebajar la tensión mediante una magnífica aportación musical.
El interés y la cordura que se refleja en este documento,"En visperas..." es digna de un buen aficionado al "balonpié".
¡¡¡ Aupa Barsa ¡¡¡. ¡¡¡ Aupa Osasuna ¡¡¡.