miércoles, 9 de octubre de 2013

EL RIO EGA NACE EN MUCHOS SITIOS Y LLEGA A ESTELLA

Que me perdone el Odrón, pero un rio que puedes atravesar en verano sin mojarte los tobillos no se merece el respeto de tal. Es el rio de nuestra Berrueza, de acuerdo, el Ganges del yogui Josi, refugio de cangrejos, pero demasiado poco para cualquier aventura ictia, vamos, que los peces nunca se han planteado vivir en sus aguas. 
 
El Ega es otra cosa, algo más que un proyecto. Un rio con historias, con vida y muerte. Tiene sus pozas malditas, como otros ríos, con apelativos definitivos que sobrecogen cuando te los presentan: "el pozo del ahogado", "el salto del difunto X". Afortunadamente en mis recuerdos prima lo festivo y siempre lo he tenido relacionado con el ocio en aquellos baños que refrescaban los rigores del agosto, los compartidos calderetes a media luz en el final del día de fiesta y el rio como escenario de pescas gloriosas, tanto furtivas como legales. ¡Cuanta vida alrededor del Ega!
 
Para acercarnos de nuevo al Ega vamos hacerlo con dos entregas de un magnífico documental, "Ni Ega, Yo el Ega", con guión y dirección de Gaizka Aranguren, bajo la producción de Labrit Multimedia y con el asesoramiento de la Fundación del Centro de Recursos Ambientales de Navarra (CRANA).  
 
En esta película se nos describen las diferentes cuencas donde nacen las aguas del Ega y el desarrollo del rio hasta su desembocadura en el Ebro, en San Adrián. Son una delicia las intervenciones de personajes que viven en los pueblos por donde discurren las frías aguas de nuestro querido Ega. Veamos la primera parte.
 
  
 
 

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