lunes, 20 de febrero de 2012

VISITANDO NUEVAS CAVIDADES. CUEVA DE AUZAMENDI. VALLE DE ARCE

   El punto de partida de esta visita la realizamos desde Aoiz, tomando la dirección al valle de Arce por la nueva carretera que se inicia a la entrada de esta villa, la NA- 172. Esta nueva carretera se realizó para soslayar la antigua, que ha quedado anegada por el embalse de Itoiz. Después de un desplazamiento de unos 10 kilómetros nos aproximamos al pueblo de Nagore, situado al final del citado embalse de Itoiz y correspondiente a uno de los ríos que lo alimentan, el río Urrobi.
   Pasado Nagore a unos dos kilómetros encontramos un cruce de carreteras, dejaremos a nuestra derecha la que se dirige hacia Oroz-Betelu y seguiremos por la misma NA-172.  Antes de llegar al lugar de Zandueta, aparece a la izquierda una pista, que discurre entre un hermoso prado y un pinar de repoblación. Avanzamos en dirección oeste y después de pasar por el interior de un pequeño pinar, nos elevamos ligeramente sobre una loma donde existe un amplio espacio para dejar el vehículo.
Cueva de Auzamendi. Situación de la entrada
    Convenientemente equipados iniciamos el recorrido de aproximación a la cueva. Siguiendo la misma dirección oeste, la pista forestal va tomando altura paulatinamente entre una sucesión de bosquetes de pinos silvestres, pino albar o pino royo, que son pinos autóctonos que en ejemplares adultos pueden alcanzar 30 o 40 metros, de forma cónica los jóvenes e irregular los de más edad. La corteza se desprende de la parte alta del tronco, dándoles un color anaranjado a sus fustes. Tiene un gran valor estético para el paisaje.
   Después de atravesar los pinares, llegamos a una zona despejada en donde aparece por la derecha una nueva pista forestal, de reciente creación, que se junta con la que llevamos. En el lugar nos encontramos en frente de las denominadas peñas de Ucua o Usoa, muy escarpadas y rodeadas de un abigarrado bosque que las oculta parcialmente. El cordal que forma estas agrestes crestas delimita los cauces de los ríos Urrobi, que recorre el Valle de Arce, y del río Erro, que recorre el Valle de Arriasgoiti. En un pequeño resalte rocoso rodeado de arbolado se encuentra la muga de tres valles, Arce, Arriasgoiti y Erro.
   Abandonamos la zona despejada seguimos con el mismo camino que con una pendiente no muy acusada, que nos va elevando sobre un barranco que aparece a nuestra derecha, hasta llegar a una loma que remontamos sobre el cordal, y que desciende de las citadas peñas de Ucua. El camino que traíamos desemboca ahora en una gran pista-cortafuegos, que partiendo de Beortegui ( Arriasgoiti ), llega hasta Espoz ( Arce ), después de un largo recorrido y pasando por los altos de Izquieta (842 metros) y de Las Quemadas (885 metros).
Cueva de Auzamendi. Variedad de estalactitas

   A partir de este punto, para dirigirnos hacia la cueva de Auzamendi tomando la dirección sureste por la pista-cortafuegos, y por una zona ampliamente despejada por los trabajos forestales realizados para la prevención de incendios. Ahora nos dirigimos hacia el cresterío de Ucua. Desde este mismo punto y en dirección norte, podemos llegar al lugar de Usoz, pequeño pueblo, desde el cual en otra anterior comunicación, presentamos la visita a las cuevas de Usoz.
   Después de desplazarnos unos dos quilómetros hacia el cresterio de Ucua por la citada pista-cortafuegos, con variaciones ligeras de altura, llegamos a una curva pronunciada a la derecha, antes de la cual, aparece una senda marcada, que tomaremos para acercarnos a la cavidad. Por esta senda en suave ascenso y en unos dos minutos nos conduce a una zona despejada de pinos, avanzamos por esta zona limpia y a continuación giramos hacia la izquierda,  ahora la senda se hace más amplia y describe una gran curva hacia la derecha. En el espacio que encierra esta curva encontraremos la entrada a la cavidad, entre un hermoso sotobosque, al lado de una hiedra, junto a un alto boj y un espino. Mirar con atención, pues al principio puede parecer que en ese lugar no esta la cueva, pero mirando con atención la encontraremos. También en el exterior y en las proximidades de la entrada se han colocado dos pequeños montones de guijarros, y en el matorral cintas indicadoras.
   Para visitar esta magnífica joya de la naturaleza solamente necesitamos una fuente de luz individual y una ropa adecuada, aunque esta cueva tiene poca humedad y en su recorrido, totalmente seguro, no se encuentran dificultades importantes en cuanto a grandes desniveles o simas profundas.
Cueva de Auzamendi. Creación de estalagmitas.

   Lo que si debemos considerar al realizar la visita, es poner la máxima atención en el desplazamiento por su interior, para no dañar las magníficas estalactitas y estalagmitas con que esta dotada. En su recorrido podemos contemplar la gran variedad de secreciones calizas que encontraremos, la gran cantidad y variedad de figuras y su colorido, que producen una enorme emoción a todos los que hemos tenido el privilegio de visitarla y descubrir estas maravillas  que nos proporciona la naturaleza.
   Una vez en el interior podemos recorrer todas las galerías y pasillos, y así podemos comprobar que la cueva Auzamendi está viva y además alberga vida. En efecto, se pueden contemplar en muchas de las secreciones calizas, sobre todo en las formaciones de estalactitas  la presencia de gotas de agua en extremos, con lo que se asegura su crecimiento, y lo mismo sucede con las estalagmitas. Podemos afirmar que la porosidad del macizo de Ucua, bajo el cual se sitúa esta caverna, proporciona el suficiente aporte de agua, que filtrada hasta las entrañas de la tierra, forma galerías y cuevas como la que hemos visitado, y las adornan convenientemente.
   También afirmamos que está viva, pues hemos podido observar unas vistosas arañas que han fabricado unas grandes y hermosas trampas por las que se desplazan a través de finísimos hilos de seda,esperando sus presas, insectos voladores, que penetran en el interior de la cueva.
Cueva de Auzamendi. Vida animal en su interior

   Por último también pudimos observar, en lugares inaccesibles de los techos, la situación de numerosos murciélagos, que dormitaban plácidamente, esperando la oscuridad de la noche, para salir de su madriguera y alimentarse. 
   Todo lo relatado y mucho más, disfrutamos en la visita a esta hermosa cueva, y que además debido a su difícil localización, mantiene un estado de conservación excelente, que demuestra el respeto que se le ha dispensado por parte de los visitantes.
   Esperamos y deseamos que esta situación continúe, para que en el futuro se pueda apreciar en todo su esplendor este regalo de la naturaleza.
   Una vez realizada la visita, si queremos disfrutar de otras sensaciones, podemos ascender a las cercanas Peñas de Ucua ( 1067 metros ), que están situadas en la proximidad de Auzamendi. La misma senda que nos condujo a este lugar, nos puede llevar sin mucha dificultad, a través de una serie de "hitos" a coronar este cresterío. Desde lo alto, un lugar despejado, podemos contemplar unas hermosas vistas en todas direcciones.
   Nosotros los "matarrasa", después de la visita inicial y como de costumbre en todas las salidas, el ritual y amigable almuerzo y el posterior regreso al punto de partida, cerró esta estupenda excursión.


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