martes, 22 de septiembre de 2015

SOMOS UNA CANICA FLOTANDO EN MITAD DE LA NADA

- El autor en el "observatorio"-
Siempre que vuelvo a mi pueblo paso por "casa de la abuela", y no puedo dejar de sentarme en el poyato, y hurgar en la memoria que aún queda los recuerdos y las emociones de aquellas veladas nocturnas después de la cena. Una vez que las mujeres hubieran lavado los platos y ordenado la cocina se salía a tomar la fresca en el "observatorio". 


Si la noche estaba clara la vista era impresionante. Miles de estrellas pulsaban en sus posiciones. Las más lejanas sin variar su posición, noche tras noche. Otras más potentes cambiaban su sitio, incluso durante la observación. Luego supimos que no eran estrellas, sino planetas. Se repasaban las ideas de distancia cósmica, los años luz... ¡qué vértigo!

-  El ocaso del sol en el cielo del monte de Asarta antes de aparecer las estrellas -
Aquellas observaciones estimulaban la imaginación de los más atrevidos y las preguntas trascendentes, filosóficas, ufológicas, etc., caían como el agua en una cascada. Luego, nos dirigíamos a la cama invadidos de una sensación de humildad cósmica, ahogados en un mar de preguntas sin respuesta.

Estos recuerdos vienen a cuento de la película "To Scale: The Solar System" realizada por unos amigos americanos, Wylie Orverstreet y Alex Gorosh, que se plantearon representar a escala los tamaños de los astros y de las órbitas del sistema solar. Lo hicieron, y muy bien, en el desierto de Nevada. El vídeo del reto y de la realización explica el porqué del título.


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